Cuando Peter Linton fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson hace
cuatro años, la primera idea que pasó por su mente no fue tomar clases de
ballet.
La condición afecta la coordinación de
Peter, hace que su movimiento sea más lento y menos controlado, y le produce
dificultades con el equilibrio y para caminar. Uno pensaría que el
ballet
sería lo último para él.
Pero en los salones de ensayo en el Ballet
Nacional de Inglaterra, mientras el pianista toca música de "Cascanueces", él
levanta sus brazos, listo para bailar.
Ahora asiste a clases de
ballet semanales, enfocadas específicamente a gente que vive con la
enfermedad de Parkinson para ayudarlos con el equilibrio y la coordinación; y en
el proceso ha encontrado una nueva forma de expresarse.
"Los ejercicios
físicos son justamente eso, pero la música agrega una nueva dimensión a lo que
estamos haciendo", dijo.
"Estamos tratando de expresarnos, no sólo en la
danza, sino respondiendo a la música. Y encuentro eso bastante
absorbente".
Expresión corporal
Descubrir modos de expresión es especialmente
importante para quienes viven con Parkinson, porque muchos de sus síntomas
dificultan la comunicación. Las formas de arte expresivo como la danza podrían
ofrecer una renovada esperanza.
Las clases semanales de Danza por
Parkinson son manejadas por el Ballet Nacional de Inglaterra.
"Después de
la clase uno se siente mejor de varias maneras diferentes", afirma
Peter.
"Primero, está la parte puramente física: haces algo de ejercicio,
a veces muy vigoroso, para aflojar los músculos y mejorar el
tono".
"Después viene la música: tienes una hora de música muy bella, y
eso añade esta dimensión emocional. Y además está la parte social: la taza de té
después de clase".
Investigadores de la Universidad de Roehampton,
encabezados por la doctora Sara Houston, están midiendo los cambios observados
en el bienestar físico y emocional de los pacientes.
El estudio, que se
extenderá dos años más, monitorea los cambios en el equilibrio y la estabilidad
de los pacientes, y también los entrevista acerca de sus
experiencias.
"Estamos examinando la experiencia que algunas personas con
Parkinson podrían tener bailando", dijo Houston a la BBC.
"Esa
experiencia abarca cambios en lo físico, así como en las percepciones de lo que
la gente puede hacer, su salud y bienestar".
Hallar medios de expresión
puede ser un desafío particular para pacientes con Parkinson. La enfermedad
afecta a entre siete y diez millones de personas en todo el mundo y la
investigación sugiere que más de tres cuartas partes tienen dificultades con el
habla y la voz.
"Tienen dificultad para expresarse en varios sentidos",
dijo Houston.
"Primero, a través del habla, que debido a Parkinson suele
arrastrar las palabras o disminuir su intensidad.
"Y también debido a la
rigidez y lentitud de los músculos, las expresiones faciales no funcionan tan
bien, de manera que suele ser difícil para los enfermos de Parkinson comunicarse
y, a través de la comunicación, expresarse".
Y las clases de Danza por
Parkinson podrían ofrecer una salida para que los pacientes enfrenten esas
dificultades.
La investigación de Houston es reveladora sobre todo lo que
la danza tiene que ofrecer más allá del simple ejercicio y
movimiento.
Para Peter, quien siente una predilección por el
ballet desde hace más de 40 años, las clases ciertamente parecen tener
efectos positivos.
"No me cabe la menor duda de que hacer más ejercicio
mejora los síntomas".
"Nunca se van a curar, pero por lo menos no van a
empeorar. Y algunos me cuentan que ahora luzco y me comporto mejor que hace tres
años".
FUENTE: artículo completo en
BBC